15/09/2015

La odontología preventiva, se basa en prevenir o evitar la aparición de diferentes enfermedades, o a lo sumo, disminuir el grado de malignidad o destrucción de las estructuras bucodentarías en el caso que aparezcan. 

Si conocemos las causas de las enfermedades de la boca podemos evitarlas, aunque este muy extendido el concepto fatalista de pensar en el desgaste de nuestros dientes como parte de un proceso natural de degeneración el que cada cierto tiempo se dañen los dientes y correr al dentista para que lo solucione, entonces el dentista jugaría un papel pasivo en esta situación , ya que si actuáramos sobre las causas responsables de este proceso estamos no solo corrigiendo algunos defectos si no mas bien curando una enfermedad. 

Los beneficios serán mayores cuanto antes pongamos en marcha un programa preventivo o más rápidamente detectemos la enfermedad. 

La odontología preventiva tiene como finalidad interponer barreras que interfieran en el desarrollo de las enfermedades bucodentales. 

Ya que vivimos en un mundo rodeado de bacterias, y la boca no es la excepción, por esta razón ha crecido el interés por el uso de agentes antibacterianos, como una forma para evitar y controlar la placa. 

La placa bacteriana es directamente responsable de la enfermedad, parece lógico que nos planteemos la manera de eliminar esta placa para que no se produzcan caries ni piorrea. Y no es tan sencillo como parece porque la placa se comporta como el polvo en las casas, es decir, se introduce por todos los rincones. 

Tenemos una película de placa bacteriana entre los dientes, lugar que sólo es accesible si usamos el hilo de seda dental, por ejemplo. La eliminación de la placa de todos los rincones de la boca excede lo que podríamos considerar una higiene dental normal. Pero se puede llegar a conseguir, con el control y la enseñanza del dentista, en este caso especialmente con el higienista dental.